viernes, febrero 01, 2008

Merzbuddha

Una crónica para Rockcore que hice sobre el concierto de Merzbow en la sala Apolo 2 de Barcelona.


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Durante más de 25 años, el nombre de Merzbow se ha convertido en el de uno de los proyectos de música electrónica experimental más extremos, mutantes y productivos que haya dado Japón.
Con Masami Akita como padre de la criatura, no son demasiadas las oportunidades que se tienen de poder presenciar una de sus actuaciones, así que el primer viernes del Octubre pasado se presentó una de ellas. Y había que aprovecharla.


Pocos minutos pasaban de la hora en la que se anunciaba la apertura de puertas, y sin esperas ni colas entré poco a poco a la para mí, desconocida Sala 2 del Apolo viendo un desértico panorama más allá del personal del propio recinto.
Veinte minutos después, éramos exactamente cuatro personas merodeando entre aquellas paredes recubiertas con rejas metálicas, y ya creía que la asistencia, como resultó ser, no haría justicia a lo que estaba a punto de dar comienzo.

Fue el dúo catalán Sons of Bronson el que con su llamado Rock n' Noise abrió la noche con la rabiosa actitud de unos Wolf Eyes y con una mesa bien surtida de instrumentos, entre estos destacaba un bajo eléctrico que no dudaron en zarandear para sacarle todo tipo de sonidos y que acabaría siendo arrojado a los pies del público más cercano al escenario.
Al poco tiempo de que Toni López y Jesús Brotons iniciaran su acción en directo, pude ver como el hombre tras Merzbow entraba discretamente y se posicionaba en un lateral de la sala cercano a la entrada de la misma. Escondido tras su boina y gabardina, y llevando consigo una mochila, presenciaba atentamente el concierto de los teloneros hasta que estos terminaron despidiéndose entre los aplausos de un expectante público.



Llegaba la hora del maestro nipón con un recital en el cual se pudo observar las dos vertientes del noise en cuestión de tratamiento sonoro, es decir, por una parte teníamos la faceta digital, en la que Masami Akita se encontraba sentado frente a sus dos portátiles Apple, ambos ataviados con pegatinas en defensa de los derechos de los animales, y por otra parte la vertiente analógica. En esta última, Akita se paseaba de un lado a otro del escenario con un extraño artilugio colgado al cuello que parecía estar fabricado por él mismo, y que le permitía manipular el sonido a su antojo, un instrumento que de hecho lleva utilizando desde hace años. Entre tanto, manejaba y pisaba enérgicamente los pedales de efectos que tenía desplegados sobre el escenario, lo cual le vinculaba al primer tramo de su carrera en esa forma de dar forma al tono, el timbre y la intensidad.

Y mientras todo ello sucedía, el público no alteraba la distancia prudencial con respecto al escenario. Todo sea por cuidar la salud auditiva.


Durante poco más de una hora se pudo escuchar desde el Merzbow más harsh y extremo que predominó la primera parte de la actuación, hasta partes de un asfixiante ambient pasado el ecuador de la sesión, donde parecía encontrarme en el interior de un submarino atrapado en el fondo oceánico, para emerger progresivamente a través de los sampleados de aves que se convertían en el único sonido reconocible entre ese mar de ruido, que por momentos bajaba de densidad para acercarse a un reconfortante minimalismo. Un bálsamo que dosificaba la capacidad del oyente.

El frío Merzbow lograba de esta forma conectar con un público que no llegaba a la mitad del aforo que ofrecía la pequeña Sala 2 del Apolo barcelonés.



Y mientras el ruido japonés llegaba a su fin, en el MACBA (Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona) comenzaba a desplegarse en directo otro tipo de estridencias a través de Jordi Valls y su singular proyecto Vagina Dentata Organ, al que una falta de omnipresencia me impidió asistir.

Sin duda, una notoria experimentación ruidista la de aquella noche.



05 - octubre
2007
Sala Apolo 2 (Barcelona)



Escuchando... 1946 The Last Renaissance Man (Capricorns)

1 comentario:

Manuel Platino dijo...

que lindo show, sana envidia de mi parte